¿POR QUÉ SIGUE EN PIE EL ARCO DEL TRIUNFO FRANQUISTA DE MADRID?
El artículo 15 de la popularmente llamada Ley de Memoria Histórica no podría ser más claro. Data de diciembre de 2007, los últimos meses de la primera legislatura del antiguo Presidente del Gobierno socialista, José Luis Rodríguez Zapatero. Es la Ley 52/2007, de 26 de diciembre, por la que se reconocen y amplían derechos y se establecen medidas en favor de quienes padecieron persecución o violencia durante la guerra civil y la dictadura, que entra en vigor dos días después de su publicación en el Boletín Oficial del Estado (BOE), y supone el posicionamiento del Estado español a favor de la llamadamemoria histórica, al menos desde el punto de vista formal. Años después, todavía muchos lamentan que aquello haya quedado en una simple declaración de buenas intenciones.
Vice.com / ENRIQUE ANARTE / 11-11-2014
Fotos de Marina Tizón
Recordar en España es un tema tabú, fruto de discusiones interminables en cenas familiares y, para muchos, un innecesario tono guerracivilista que después de más de treinta años de democracia debería estar superado. Mejor no hablar de aquellos cuarenta años de dictadura, piensan algunos, ahora que el franquismo está muerto y bien enterrado en el Valle de los Caídos.
Olvidar es difícil, no obstante, cuando la memoria de los crímenes de aquellos años se erige imponente en el corazón de la capital de un país que construyó su democracia sobre ladesmemoria. Así, cada mañana, el tránsito rutinario de cientos y cientos de personas se ve asaltado por la imagen de un monumento que recuerda al mítico Arco del Triunfo parisino, abandonado y algo destartalado, decrépito en sus entrañas, cuyo pasado es mucho más oscuro que el de su semejante galo.
Es el Arco de la Victoria de Moncloa, uno de los puntos más emblemáticos de la capital, situado en una de las entradas principales de Madrid, la conocida como Carretera de La Coruña, allá donde acaba el barrio de Chamberí y empiezan el Parque del Oeste, por un lado, y la Ciudad Universitaria, por el otro. Proyectado en los años cuarenta para conmemorar el triunfo golpista en la Guerra Civil española, tardó sin embargo una década más en construirse y nunca se inauguró oficialmente. En la actualidad, el monumento está totalmente abandonado, sus paredes llenas de grafitis y los alrededores de restos de botellón. Los desperfectos y roturas en el pavimento que rodea a la construcción, arreglado recientemente, se multiplican con el paso de los meses. Antes era posible acceder a escondidas y contemplar el desastre en que se había convertido el interior del Arco, concebido originariamente como una sala de exposiciones. Ahora las puertas que dan acceso al arco están soldadas, supuestamente para evitar actos vandálicos y desgracias.
Solo las inscripciones de ambos frentes del arco y los adornos esculturales parecen mantenerse ajenos a la erosión progresiva del monumento que conmemora la victoria de las tropas franquistas en la Batalla de la Ciudad Universitaria y, como consecuencia, la caída de la capital en manos de los enemigos de la Segunda República. "A los ejércitos aquí victoriosos / la inteligencia, que siempre es vencedora / da y dedicó este monumento", reza la inscripción en latín del frontispicio noroeste. La fachada sudeste, que mira a la ciudad, regala a los madrileños otra oda al triunfo de la dictadura, también en latín: "Fundado por la generosidad del Rey / restaurado por el caudillo de los españoles / el templo de los estudios matritenses / floreció bajo la mirada de Dios".
¿Quién se encarga hoy de gestionar, o mejor dicho, de no hacer nada con respecto del Arco de la Victoria? Es difícil llegar a saberlo. Aunque el arco se encuentra en suelo de la Universidad Complutense de Madrid, su gestión es teóricamente competencia del Consorcio Urbanístico Ciudad Universitaria, integrado por la universidad anteriormente mencionada, la Universidad Nacional de Educación a Distancia (UNED), la Universidad Politécnica de Madrid y el Ayuntamiento de la capital. En la práctica, sin embargo, el asunto se asemeja a aquella prueba de El Grand Prix de la patata caliente. Cuando el tema ha sido tratado en el pleno municipal, representantes del PSOE, IU y UPyD han protestado por la falta de responsabilidad con la que los diferentes niveles de gobierno abordan la cuestión: el Gobierno central considera a la Comunidad de Madrid competente, esta pasa el balón al Ayuntamiento, y este lo deja en manos del Consorcio (en el cual, de todas formas, participa). El PP aprovechó su mayoría en el pleno para dar carpetazo al asunto.
Intentépreguntar al órgano competente sobre los planes respecto del arco y la gestión de este, pero la búsqueda fue infructuosa, al más puro estilo kafkiano. Si bien todo apunta a que es competencia de la administración municipal, desde allí me remitieron a la Comunidad, cuyos portavoces negaron su responsabilidad y, tras consultar fuentes internas, me confirmaron que la gestión del monumento corresponde al Ayuntamiento. Tratar de contactar con el Consorcio Ciudad Universitaria tampoco resultó una vía más efectiva: la entidad consideró que era la Universidad Complutense la encargada de responder a mis preguntas, mientras que la institución educativa devolvió la pelota al Consorcio.
Esta falta de interés, inacción o abandono, si bien no es ninguna novedad, contrasta con el tratamiento y la atención que reciben casos parecidos, como es el del monumento a las Brigadas Internacionales inaugurado en octubre de 2011 en el campus de la Complutense. El caso de este memorial, objeto de actos vandálicos en varias ocasiones, sí ha sido tratado, por ejemplo, por el Tribunal Superior de Justicia de Madrid, que ordenó su retirada en abril de 2012 por considerar que la licencia para su construcción se presentó de manera extemporánea. El rector de la Complutense, José Carrillo, se ha posicionado a favor del monumento, alegando que no es el único en la ciudad que carece de licencia (como, por ejemplo, el de las víctimas del 11M) y que fueron las autoridades locales las que se negaron a tomar en consideración este permiso.
Fotografía por Marina Tizón
A qué se debe, entonces, el silencio que guardan las autoridades en lo que respecta al Arco de la Victoria de Moncloa? Emilio Silva, presidente de la Asociación por la Recuperación de la Memoria Histórica (ARMH), accedió a hablar conmigo sobre este tema, que en la asociación llevan años trabajando. "Esto tiene que ver con la falta de voluntad política", sentencia. "De hecho, es muy curioso, por decirlo asépticamente, que sea un monumento que está a unos cientos de metro de la residencia del Presidente del Gobierno. A ninguno de los Presidentes que ha habido desde que murió Franco, que habrán pasado numerosas veces con su coche oficial, le ha molestado que eso estuviese ahí".
La ARMH ha tratado de reunirse con todos los actores implicados, la gran mayoría de las veces sin recibir más que buenas palabras y poca ayuda. Consideran, eso sí, que incluso en el caso concreto del Arco de Moncloa subyace una gran responsabilidad del Gobierno central. "Es una falta de voluntad política que nace también de una estructura social predominante en España. Independientemente de que el país haya estado gobernado por el PP o el PSOE, los que han estado siempre al frente del país han sido fundamentalmente hijos del régimen. Y eso no solo tiene que ver con el Arco de la Victoria, sino también con que en Madrid todavía exista una Plaza del Caudillo. Sería impensable que en Alemania hubiese una Plaza del Führer, o del Duce en Italia. Y también con que exista en España una Fundación Francisco Franco, cuyo objetivo es exaltar la figura del dictador, y cuyos donantes disfrutan de desgravaciones fiscales. Eso no es sino fruto de un acuerdo político con el Estado", se lamenta.
"LA ORDEN CONTRA MARTÍN VILLA ES EL TRIUNFO DE LA JUSTICIA UNIVERSAL"
Inés García-Holgado, querellante en la causa argentina por crímenes del franquismo, viene a Astorga al homenaje de su tío abuelo .
Diario de León / ANA GAITERO / 05-11-2014
Inés García-Holgado es sobrina nieta del edil astorgano fusilado en Hervás. - dl
«La felicidad me embarga. Martín Villa es responsable entre otros delitos de la matanza de los trabajadores de Vitoria. Triunfa nuevamente el principio de justicia universal». Con estas palabras reaccionó Inés García-Holgado a la orden de detención que la jueza argentina Servini de Cubría dictó contra 20 imputados por crímenes cometidos durante el franquismo entre los que se encuentran los exministros leoneses Rodolfo Martín Villa y Fernando Suárez González.
Inés García-Holgado es argentina de raíces españolas y una de las querellantes, junto a Adriana Fernández y Darío Rivas, en la causa contra el franquismo que piden justicia para sus antepasados leoneses fusilados o paseados durante la Guerra Civil y la posguerra.
Ha querido la casualidad que la orden de detención que Servini ha dado a la Interpol se produjera en vísperas de su visita a Astorga, donde hablará sobre la querella y participará en un homenaje a su tío abuelo Luis García Holgado, organizado por el Ateneo Republicano de Astorga y el Ayuntamiento de Astorga. Un viaje de 10.000 kilómetros a una ciudad que no conoce pero y la que está agradecida.
García Holgado fue concejal socialista en el ayuntamiento de la capital maragata entre 1931 y 1934 y sería fusilado el 21 de septiembre de 1936 en la carretera de Baños de Montemayor (Cáceres). Luis García Holgado se había trasladado a esta provincia, a la localidad de Hervás, como funcionario de Correos. «Aprendí la trágica historia de mi familia a través de los relatos de mi abuela Mauricia Holgado Barrio. Ella me contó cómo mis dos tíos abuelos (Elías y Luis García Holgado) fueron condenados por su militancia política de izquierdas, mi tío Vicente desaparecido durante la guerra y mi abuelo Vicente sospechosamente por las escaleras del séptimo piso de la Dirección General de Pesca en 1946», cuenta.
Unos años después, comprobó que la historia oral de la abuela «era tan trágica como ella narraba. En ningún momento pensé que la historia familiar fuera mentira, sino que me costaba creer que tanta crueldad fuera cierta», asegura.
Hace 15 años comenzó la búsqueda de «memoria, verdad y justicia». Participó en foros e investigó en los archivos españoles desde Argentina. «Logré ubicarlos, todavía falta», comenta. Encontró el expediente de su tío abuelo Luis García Holgado en el Archivo de la Memoria de Salamanca. «Tener acceso a los sumarios de mis familiares, significó confirmar los relatos de mi abuela, no solamente confirmarlos, sino horrorizarme más», añade.
Cuando el juez Baltasar Garzón fue inhabilitado en 2008 se consideró la posibilidad de presentar una querella en Argentina. El 14 de abril de 2010 Inés García-Holgado fue una de las primeras querellantes. «Busco la investigación de la verdad. Los nombres de quienes fusilaron y firmaron su sentencia de muerte si la hubiere», alega como motivos. También quiere «retratarlos ante la sociedad» pues aunque los «asesinos están muertos, sus nombres quedarán para la historia».
La memoria histórica, alega, no se limita a «exhumar y homenajear» sino que incluye «también la investigación judicial». En su opinión, la búsqueda de «la verdad y la justicia no abre heridas, por el contrario las heridas están abiertas». Actos como el homenaje a su tío abuelo «sí contribuyen a cerrar heridas, pero todavía existe mucho camino para la reconciliación».
Inés García-Holgado elogia el «desprendimiento» de «militantes políticos o sociales, nuestras familias supieron jugarse hasta el último momento por las ideas que defendían». «Pongámonos en el lugar de aquellos que habiendo empeñado su palabra, por su honor, con altura ética, sabe llevarlo hasta el final por más que le cueste la vida , y entre ellos reconozco a mi tío abuelo».
El viaje desde Argentina a Astorga le emociona sobremanera porque será una ocasión para conocer a muchos de sus familiares. Quiere seguir la búsqueda de los familiares de los que aún no tiene noticias y «comenzar la reivindicación largamente ansiada entre mis familiares».
FUSILADO, ATROPELLADO Y EXPUESTO AL PÚBLICO
Familia García Holgado -
A los asesinos de Luis García Holgado no les bastó con abatirle a tiros. Después de muerto, cuenta el Ateneo Republicano de Astorga, fue pisoteado varias veces por un carro y su cadáver estuvo expuesto durante varios días en el pueblo de Hervás como ejemplo de «rojo». Nacido en La Fregeneda (Salamanca) en 1897, llegó a Astorga como funcionario de Correos. En la capital maragata se inició en la militancia política y sindical, PSOE y UGT, y formó una familia con Modesta Fuertes. Fue concejal entre 1931 y 1934. Conocido como anticlerical y masón, fue trasladado a Hervás por participar en la revolución de 1934. Volvió a la política y llegó a ser teniente de alcalde del municipio cacereño. El golpe de julio de 1936 lo pilló en Madrid, pero se trasladó a Hervás y fue detenido y torturado. El 21 de septiembre fue fusilado. Le quitaron el reloj y los zapatos. Su familia, que sobrevivió de la venta de mantecadas en la estación, trasladó sus restos al panteón familiar de Astorga en los años 70: «Gracias, Astorga», dice su sobrina nieta. «Por luchar sin cesar, por la apertura de la fosa común y por este homenaje», enfatiza.
No hay comentarios:
Publicar un comentario