Socialdemocracia Y Socialismo de Izquierdas" PAGINA DE SOCIALISTAS DE IZQUIERDAS Y AMIG@S" (CUADERN

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Rosa Y puño Partido Socialdemocrata (sueco) y de REFERENCIA REALMENTE SOCIALISTAS

lunes, 8 de junio de 2009

Quién lo iba a decir. El famoso guerrismo, el movimiento interno del PSOE más potente tras la instauración de la democracia, ha muerto. Lo prueban las listas de candidatos socialistas al Congreso y al Senado para las próximas elecciones generales. Casi no quedan guerristas, más allá del hombre que dio su nombre esta corriente situada a la izquierda del partido, el ex vicepresidente del Gobierno Alfonso Guerra, cabeza de lista por Sevilla.
El último en caer ha sido José Acosta, laminado de las listas a pesar de contar con el apoyo del último reducto guerrista organizado, el de un sector del Partido Socialista de Madrid. Diputado desde 1979, Acosta siempre fue designado por las bases. Esta vez también estaba propuesto por la militancia, pero José Luis Rodríguez Zapatero y José Blanco se han visto con el suficiente músculo como para cortarle la cabeza. Algo que nadie se había atrevido hasta ahora.
Blanco se ha cobrado la pieza de Acosta con ganas, no en vano era la única voz disidente que quedaba en el Comité Federal del PSOE. Menuda molestia escuchar sus críticas a las reformas de los Estatutos sin consenso, o a la negociación con la banda terrorista ETA, menudo engorro verle expresar siempre sus intervenciones discrepantes… Hasta el punto que cuando Acosta y los suyos perdieron el reciente Congreso del Partido Socialista de Madrid (PSM), Blanco se tornó inmisericorde y llegó a decir a la prensa que sus opiniones en el Comité Federal no tenían valor.
La jugada de Blanco para cobrarse la pieza del sempiterno crítico es de las que marcará época. Florentina. Borgiana. Guerra quería salvar a su amigo Acosta y se dirigió al secretario de Organización para mediar, para conseguir que lo mantuviera en las listas como candidato a diputado por Madrid o, al menos, como senador. Lo mismo hizo con Zapatero. Ambos le dieron esperanzas y Guerra pidió a Acosta que no anunciara en público su renuncia a la política. Es lo único que lamenta el disidente, no haberse ido a tiempo. Porque con su cabeza, Blanco ha demostrado su poder incluso sobre el propio Guerra.
Otro guerrista impenitente, el diputado por Badajoz José Luis Galache, también ha sido laminado. Y el eterno Francisco Fernández Marugán se salva de la quema, pero con la humillación de ser número dos y no cabeza de lista por esa provincia. Txiki Benegas se libró después de montar una buena bronca interna: lo iban a mandar al exilio del Senado, pero ha conseguido ser designado número tres por Vizcaya al Congreso al presionar con una vieja norma no escrita, basada en que los ex secretarios de Organización como él tienen potestad para elegir un puesto de salida. Y lo ejerció.
No queda nadie más del guerrismo en las listas del PSOE a las Cortes Generales, corriente que comenzó a perder fuerza cuando en la década de los años 90 saltó el escándalo de los hermanos de Alfonso Guerra, que cobraban por sus favores políticos. Este movimiento perdió entonces su poder en Andalucía y ya sólo quedaba el reducto de Madrid. Era el único activo y organizado, alrededor de las agrupaciones del sur de la comunidad.
Pero a Acosta había que machacarlo. Sus ironías no caían bien en la dirección federal. Ya se sabe: la risa no gusta a los poderosos. A Zapatero le sentó como un tiro saber que le había puesto el apodo de ‘Altísimo’ (y ‘Bajísimo’ al ex líder madrileño Rafael Simancas). Y Alfredo Pérez Rubalcaba nunca le perdonará el ser el autor de una frase que siempre le perseguirá: “Rubalcaba, Rubalcaba, si te vuelves te la clava”… “Cave cane”, dice estos días el ya ex diputado cuando se le pregunta por Ferraz. En latín, ‘cuidado con el perro’

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