Socialdemocracia Y Socialismo de Izquierdas" PAGINA DE SOCIALISTAS DE IZQUIERDAS Y AMIG@S" (CUADERN

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Rosa Y puño Partido Socialdemocrata (sueco) y de REFERENCIA REALMENTE SOCIALISTAS

domingo, 24 de mayo de 2009


Mario Hugo Ayala
Universidad de Buenos Aires
Ciudad Autónoma de Buenos Aires, República Argentina
marioayala@argentina.com.
El perfil ideológico del Movimiento Bolivariano venezolano y su
relación con el imaginario popular.
“Seria interesante estudiar en concreto, y para un país determinado, la
organización cultural que mantiene en movimiento el mundo ideológico
y examinar su funcionamiento práctico” Antonio Gramsci1
En el presente trabajo pretendemos indagar el ideario y el perfil ideológico del
Movimiento Revolucionario Bolivariano venezolano? . Tal proyecto nos llevará a
sumergirnos y abordar uno de los problemas emergentes en la constitución y desarrollo
de todo movimiento social: la gestación de un movimiento político nacional y popular
capaz de cohesionar ideológica y organizativamente a las organizaciones populares. La
Revolución Bolivariana ha relanzado este debate en muchos movimientos sociales
respecto a los modelos de cambio social y la relación de estos con las matrices de la
cultura popular latinoamericana. En este caso intentaremos analizar la relación e
imbricación entre matrices culturales, tradiciones emancipatorias y memoria histórica
1 Gramsci, ,Antonio,.,; El concepto de “ideología” , en Antología, Siglo XXI, México, 1970., pp. 362-364.
? La aclaración es procedenteviene a cuenta, desde el año 2001 de que también existe la propuesta del Movimiento
Bolivariano por una Nueva Colombia, lanzado a la sociedad colombiana por las Fuerzas Armadas Revolucionarias de
Colombia (FARC).
popular con la ideología y el proyecto del Movimiento V República, que caracterizan el
actual panorama político venezolano**.
Las preguntas girarán en torno a la ideología del bolivarismo y del consenso masivo
que éste ha logrado en amplios sectores y actores sociales de la sociedad venezolana,
principalmente los sectores populares.
La relación entre los movimientos populares y la dinámica de las tradiciones
históricas –en particular las matrices y significados profundos de los mitos populares
colectivos– fueron un aspecto de la realidad en que la iz quierda tradicional de nuestros
países no ha reparado. El saldo, en más de un caso, ha sido la falta de apoyo de los
sectores mayoritarios a sus proyectos. Inclusive para algunos autores el marxismo
ortodoxo parece haber sido una ideología “sin sujeto en Latinoamérica”. Salvo contadas
excepciones, la doctrina marxista-leninista tuvo limitaciones para comprender los
rasgos originales y la particular complejidad cultural de las clases subalternas,
quedando reducida a elites intelectuales y a un reducido arco social2.
En la década de 1920 José Carlos Mariátegui, uno de los más claros exponentes de
la discusión con la ortodoxia marxista, fenómeno cristalizaba en el movimiento
comunista internacional cada vez más hegemonizado por las tesis de la Internacional
Comunista, inaugura una tradición en el pensamiento socialista latinoamericano. Sus
preocupaciones por construir en su Perú natal una fuerza revolucionaria capaz de
transformar la sociedad lo llevaron a plantear herramientas teóricas y conceptos
autóctonos y originales para interpretar la realidad nacional, a partir de una crítica y
recreación de su reflexión desde el marxismo3. Fue nuevamente a partir de la
** La distinción entre Movimiento Revolucionario Bolivariano 200 (MBR-200) y Movimiento V República (MVR) da
cuenta de dos momentos en el proceso de esta fuerza política. El MBR fue una fase del proceso de organización de
este gran movimiento social, se caracterizada por una composición civico-militar clandestina cuyo objetivos fueron las
tareas de trabajo ideológico y organizativo;, la constitución del MVR estaría dando cuenta de un segundo momento
en el cual el MBR se vuelca al política electoral y tiene una confluencia con otras organizaciones políticas
manteniendo un rol hegemónico y , por supuesto, coincide con el período de institucionalización del movimiento
luego de 1998.
2 Argumedo, Alcira, Los silencios y las voces en América Latina. Notas sobre el pensamiento nacional y popular,
Ediciones del Pensamiento Nacional- Ed.Colihue, Buenos Aires, 2002 ( 1992).
3 Aricó, José, Mariátegui y los orígenes del marxismo latinoamericano, “Cuadernos” de Pasado y Presente, N° 60,
Siglo XXI, México, 1978.
Revolución cubana de 1959 que el pensamiento crítico latinoamericano sufrió profundas
transformaciones en paralelo con la renovación de las perspectivas a la hora de pensar
las estrategias revolucionarias, a la vez que potenció las renovaciones de enfoques en
las ciencias sociales4. Sin embargo este pensamiento también debió dar cuenta, tratar
de comprender y explicar los fenómenos populistas como Perón en Argentina, Vargas
en Brasil o Cárdenas en México y, algo más complejo –y hasta el día de hoy poco
estudiado–: el nacionalismo revolucionario de origen militar. Esto se hizo evidente
cuando en 1968 un sector de las fuerzas armadas peruanas encabezadas por el
general Velasco Alvarado llegó al poder mediante un golpe militar, definiendo a su
gobierno como nacionalista, progresista, antioligárquico y antiimperialista; promulgando
e impulsando un conjunto de leyes y medidas de contenido socialista en el plano
económico, internacional y político-educativo. En 1971 estos militares marcaban los
lineamientos centrales de la “revolución peruana”: “El gobierno de la fuerza armada -
decían– ha sido, en la práctica, socializante desde sus comienzos... Deben
considerarse múltiples formas de socialismo... el camino peruano hacia un socialismo
peculiar y de líneas autóctonas”5. Otro de los casos destacados de estos procesos fue
el de los militares panameños, cuyo referente fue el General Omar Torrijos y
posteriormente, luego de su dudosa muerte en un accidente aéreo con todas las
marcas de la CIA, su más cercano colaborador en vida: el General Noriega, que
correría la misma suerte en 1989 con la invasión a Panamá por las tropas
norteamericanas.
Este tipo de movimientos político-militares que surgieron en las fuerzas armadas de
algunos países latinoamericanos probaron su influencia y peso resolutivo en la
configuración de proyectos de sociedad. Si bien la mayor parte de los militares
latinoamericanos asumieron la función de gendarmes de las clases dominantes locales
y de las estrategias de seguridad hemisférica de Estados Unidos, existieron procesos
aislados, como los que señalábamos, en que se comprometieron con proyectos
populares.
4 Michael Lowy, El Marxismo en América Latina, Era, México, 1991. (Introducción)
5Carlos Suárez y Ana L. Payró, La revolución peruana, en AVVV Enciclopedia de los grandes fenómenos de nuestro
tiempo, CEAL, Buenos Aires, 1975.
En perspectiva comparativa con los dos procesos señalados más arriba, el del
movimiento bolivariano se diferenciaría en que ha logrado articularse y fundirse con
organizaciones de la sociedad civil y mantiene una estrategia de construcción de
organización popular anclado en la movilización y participación y con un fuerte trabajo
ideológico sustentado en la ideología del bolivarismo. La capacidad demostrada para
repeler el golpe de estado de abril de 2002 puede ser considerada como una de las
implicancias que ha tenido esta estrategia definida la cual, junto con el decisivo apoyo
de los rangos intermedios y bajos de las Fuerzas Armadas Nacionales (FAN), ha
garantizado la continuidad del gobierno de la revolución bolivariana.
El Movimiento Bolivariano Revolucionario
Estamos en una conferencia en la universidad de La Habana a finales de 1994. El
orador es el teniente coronel Hugo Chávez, en su primera visita a Cuba. En febrero de
1992, tres años después de la revuelta popular conocida como el “Caracazo”, se había
hecho conocido por haber encabezado un levantamiento militar contra el gobierno de
Carlos Andrés Pérez. En nombre del Movimiento Revolucionario Bolivariano, pretendían
tomar el poder para poner en vigencia el “Proyecto Nacional Simón Bolívar”. Unos
segundos en cadena nacional para dirigir un mensaje de rendición a los militares
levantados le bastaron para dejar la semilla de lo que hoy se constituyó como uno de
los movimientos de masas más importantes de Sudamérica. Había dicho “hemos
fracasado por ahora, tiempos mejores vendrán”. Los sucesos que sobrevinieron son de
público conocimiento.
Pero estábamos en el aula magna de la universidad de La Habana: el disertante, en
tono afable y ordenado, describe la estrategia de poder del MBR200. Tres líneas de
trabajo: trabajo ideológico, trabajo organizativo y proyecto estratégico de largo plazo. En
primer lugar deja bien claro que la bandera ideológica pertinente para Venezuela es el
bolivarismo. En clave con esto, llevaron a cabo un “trabajo ideológico de revisión de la
historia y las ideas que nacieron en Venezuela y en este continente hace 200 años”, del
primer proyecto de nación venezolana y latinoamericana: el “sueño bolivariano”. Decía:
“en ese sumergirnos en la historia buscando nuestras raíces, hemos diseñado y hemos
lanzado a la opinión pública nacional e internacional, la idea de la inspiración del árbol
de las tres raíces”: una bolivariana, otra que viene de Simón Rodríguez –más “profunda
y filosófica dentro de nuestro planteo ideológico”–, de donde se toman las concepciones
de revolución política y económica creativa. Y, en tercer lugar una “matriz más reciente”
que retoma la figura de uno de “los líderes de la revolución federal”6: Ezequiel Zamora,
la cual tiene la función de sintetizar la unión entre ejército y pueblo7.
Definiciones y perfil del MBR
Para autores como la socióloga argentina Alcira Argumedo pensar modelos de
transformación de las sociedades latinoamericanas y la constitución de fuerzas políticas
que se pretendan representativas de las mayorías conlleva tener en cuenta la
existencia de una matriz de pensamiento autónoma de orientación nacional y popular
en nuestros países la cual se construye predominantemente bajo formas políticas antes
que como discursos teóricos o filosóficos. Esta hipótesis podría ayudarnos a dar cuenta
de cómo la "teoría revolucionaria" latinoamericana se sintetizó más en la figura de
personajes políticos e intelectuales que tuvieron una participación activa en los
procesos políticos a la vez que, o antes que todo, revistió y reviste un fuerte arraigo y
articulación con las tradiciones populares y los mitos nacionales reapropiados en
contextos político-sociales específicos.
Adentrándonos en la Revolución bolivariana, si bien no existe una obra de
referencia ni sistema teórico conceptual determinado, además de la matriz del árbol de
las tres raíces, la ideología del movimiento bolivariano se define como “la que sustenta
el gobierno que busca la felicidad del pueblo”8. La misma posee una configuración
dinámic a en el contexto de una renovación del régimen de la vieja república: el de la V
6 Hugo Chávez, H., “Un soldado, un latinoamericano entregado de lleno para siempre a la causa de la revolución”,
en Las fuerzas armadas en el nuevo escenario latinoamericano, Crítica, N° 11, Buenos Aires, 1995. (pp. 53-72). Las
negritas corren por cuenta nuestra.
7 Ezequiel Zamora fue uno de los principales caudillos de la llamada Guerra Federal, que tuvo lugar ente 1859 y
1863, y ha sido considerada como una guerra social con la cual los sectores populares reclamaron el cumplimiento
de las promesas de igualdad y libertad que el establecimiento de la IV República (1830) no había satisfecho. López
Maya, Margarita, Organización y discurso del MVR y el PPT, AAVV, Venezuela: rupturas y continuidades del
sistema político (1999-2001), Ediciones Universidad de Salamaca, Salamanca, 2002.
8 Yolanda Salas , Y.,. La dramatización social y política del imaginario popular: el fenómeno del bolivarismo en
Venezuela, En AAVV Cultura y transformaciones sociales en tiempos de Globalización, (s/r)..., Caracas, 2000.
República, basado en la ideología del bolivarismo. Sus principios rectores han sido
enunciados por Hugo Chávez como "la justicia, la igualdad y la equidad". En sus
propias palabras, el motor estratégico del proyecto bolivariano "es la necesidad de
hacer justicia y redistribuir la riqueza nacional la que nos hace rechazar el esquema
económico generador de exclusión y nos enfrenta a quienes lo defienden”9. Un
documento político imprescindible para comprender el proyecto político del MVR es la
nueva constitución venezolana, de la que tomaremos algunos párrafos a modo
ilustrativo:
"El Estado promoverá la iniciativa privada, garantizando la creación y justa
distribución de la riqueza, así como la producción de bienes y servicios que
satisfagan las necesidades de la población, la libertad de trabajo, empresa,
comercio, industria, sin perjuicio de su facultad para dictar medidas, para planificar,
racionalizar y regular la economía e impulsar el desarrollo integral del país…" (Art.
112)
"El régimen socioeconómico de la República Bolivariana de Venezuela se
fundamenta en los principios de justicia social, democratización…, para garantizar
una justa distribución de la riqueza mediante una planificación estratégica,
democrática, participativa y de consulta abierta…" (Art. 299)
"Por razones de soberanía económica, política y de estrategia
nacional, el estado conservará la totalidad de las acciones de petróleo
de Venezuela S.A, o del ente creado para el manejo de la industria
petrolera…" (art. 302)10
Algunos autores afirman que la propuesta del MVR "no va mas allá de un sistema
capitalista autónomo en un país democrático"11. Es decir, que para el caso de
Venezuela, las "tareas" económicas de "una revolución burguesa" son impulsadas por
un movimiento político popular (reforma agraria, desarrollo de la industria local,
9 Discurso del Presidente Hugo Chávez Frías H., Mensaje en la Asamblea Nacional de la República Bolivariana de
Venezuela , (17 de enero de 2003), en El golpe fascista contra Venezuela , Ediciones Plaza, La Habana, 2003.
pp. 161-200.
10 Citado en López Maya, M., Organización y discurso del MVR... , ob. Cit., pp.188-189.
11 Carlos Gabeta, "Lecciones desde Venezuela", Cita en Le Monde Diplomatic, Le Monde Diplomatique, Año III, Nª
35, Buenos Aires, Mayo de 2002., Buenos Aires
reforzamiento del mercado interno, etc). En esta línea de análisis, el desafío es
presentado como un cambio en el modelo de acumulación, o en la matriz del mismo, en
un país donde la renta petrolera y un sistema político funcional a la dependencia del
mercado mundial han limitado el desarrollo económico y social interno, reproduciendo
una lógica de acumulación-exclusión que ha marginado a la pobreza extrema al 60% de
la población. Desde otra perspectiva, "el proyecto político del MVR entraña y/o conlleva
una vuelta a la centralidad del Estado, así como el concepto de democracia como orden
que garantiza la igualdad en el acceso a los beneficios de la renta", luego de dos
décadas de política neoliberal12.
No obstante, la propuesta del gobierno de la revolución bolivariana parece presentar
una riqueza aun mayor cuando nos introducimos en las voluntades y fuerzas colectivas
que ha desatado. Esta concepción de revolución se diferencia de las tradiciones que
adscriben a la noción de revolución moderna que inaugura la revolución francesa, las
cuales en muchos casos pecan de un economicismo y voluntarismo siempre
contraproducentes. En el MVR la definen como "una revolución apropiada a nuestras
condiciones"13; es decir, una revolución planteada en un marco histórico concreto y
atravesada por las particularidades políticas, sociales y culturales de un contexto
determinado. En otras palabras, una revolución que parte de condiciones históricas
específicas, forjada desde la historia particular e intentando recrear y transformar de la
sociedad venezolana incorporando en su proyecto la fuerza de mitos e imaginarios
colectivos construidos a lo largo de siglos.
Antes de proseguir, detengámonos un poco más en la noción de revolución de que
nutre el pensamiento político contemporáneo. Es una cuestión bastante aceptada la
existencia de un concepto moderno de revolución, inaugurado a fines del siglo XVIII,
entendida como cambio de las estructuras sociales y de las relaciones que la sustentan.
Ahora bien, el caso de la Revolución Bolivariana presenta algunas objeciones si
tomamos esta última definición como una máxima incondicional, puesto que la cuestión
12 López Maya, M., Organización y discurso del MVR... , ob. cit., pp.188.López Maya, M. ob.cit. pág 188
13 Chávez Frías H., Mensaje en la Asamblea Nacional , ob. Cit.,Discurso del Presidente Hugo Chávez a la..., ob.
Cit..Ibidem.
de origen, el carácter de la revolución y la constitución de un nuevo orden en la
Venezuela actual se desarrolla a partir de una reelaboración y enunciación de un
pasado y una tradición libertadora-independentista, antes que un discurso histórico
totalmente nuevo, moderno, construido sobre la negación-negatividad del pasado y el
presente. Este tema se encuentra claro para el Movimiento bolivariano: "No se trata de
estar importando modelos, eso ya pasó, debemos dejarlo atrás; se trata de rescatar las
raíces originarias del proyecto inicial de estas tierras y de estos pueblos. ... Se trata de
mirar... a Venezuela por dentro, hasta las propias raíces, y descubrir allí los enigmas de
nuestro futuro y los caminos de nuestra dignidad"14.
Así, la Revolución Bolivariana no se plantea como un orden nuevo, sino como una
continuación de un régimen legítimo que, en sus principios, fue abortado. Tampoco
posee un discurso histórico e ideológico racionalista. Más bien construye su genealogía
a partir de “las tradiciones emancipatorias latinoamericanas y del pueblo venezolano,
del pensamiento de Bolívar, Simón Rodríguez y Ezequiel Zamora”15.
Para el análisis de un proceso tan complejo como el de la edificación del
movimiento bolivariano, es importante advertir cómo entran en juego las matrices
culturales y los mitos populares a la hora de organizar las voluntades colectivas. Para
introducirnos en esta problemática nodal, deberíamos tratar de arriesgar hipótesis
acerca la forma en que los componentes simbólicos y culturales de una sociedad se
imbrican en los procesos políticos-ideológicos del presente, construyendo
significaciones y valores, y muchas veces influyendo en acciones concretas. Este
desarrollo se ha combinado con los más altos niveles de participación social y política
que han tenido los sectores populares venezolanos a lo largo del siglo XX, en este gran
proceso de movilización y organización que lleva más de una década16.
14 Chávez Frías, H., Mensaje en la Asamblea Nacional, ob. Cit.,Ibidem, ob. Cit.
15 De un cuadernillo editado por el Comando Supremo Revolucionario Bolivariano, distribuido masivamente por el
gobierno venezolano. Reproducido en Le Monde DiplomaticDiplomatique ..., Nº 30, Buenos Aires, Enero de 2002
16 Para autores como Hellner y Hellinger desde el comienzo del período democrático - la democracia de “ punto fijo”
(1958)- la sociedad y la política venezolana no estuvo tan polarizada como se encuentra actualmente. Ambos
también coinciden en que la rebelión popular contra el paquete de medidas neoliberales del gobierno de Andrés
Pérez conocida como el Caracazo inaugura un “ciclo de protestas ” de movilización social y política caracterizada por
En los aspectos que hacen al imaginario colectivo, su relación con la conciencia
histórica popular venezolana y su realidad social y política, Yolanda Salas da cuenta de
la existencia de una conciencia popular subalterna, que había estado operando al
margen del poder constituido y que ahora, de la mano del MVR en el gobierno, se ha
convertido en la voz de las mayorías, pasando a ocupar el centro del espacio público y
del poder. Así, detrás de la retórica saturada de imágenes del discurso de Hugo Chávez
que tantas simpatías y reacciones provoca existe algo que muchos analistas y
comunicadores sociales no dan cuenta: "Lo importante no es lo que habla sino lo que
habla dentro de él. En él hablan las relaciones conviviales de la Venezuela popular, del
hombre convivial"17.
En los procesos de constitución de los estados nacionales se ha intentado articular, en
claves particulares, una serie de producciones culturales sobre las que apoyan su
legitimidad, cohesión y continuidad histórica, una hegemonía política, económica y
cultural. Sus formas visibles se pueden observar en narrativas como la historia oficial
del estado y en los mitos y símbolos secularizados de una nación. Sin embargo, estos
últimos se encuentran sujetos a una resignificación y disputa permanente en los
procesos históricos. En el caso de Venezuela, el símbolo de Simón Bolívar es
paradigmático, ya que más allá de la historia letrada y sistematizada por la narrativa
oficial tradicional, en el imaginario y en la memoria histórica popular condensa valores
de justicia y de igualdad, en una clara relación con su realidad social y política. Aquel
Bolívar que liberó a los esclavos, el libertador del pueblo venezolano, resurge como
mito que en el presente simboliza la lucha contra la opresión y exclusión social que
padecen. La imagen de Bolívar pasa a representar la esperanza de liberación,
objetivándose en una nostalgia por el pasado o en un deseo social más justo.
“marchas, cierres de calles y ocupación de edificios”, el abstencionismo en las elecciones del ´94 y la
desinstitucionalización del sistema político tradicional. Ellner, S; Hellinger, D. Perspectivas democrática y no
democrática del movimiento chavista, en Ellner, S; Hellinger, D.(eds.), La política venezolana en la época de
Chávez,, Nueva Sociedad, Caracas, 2003.
17 Moreno A., Editorial, en Heterotopia 4 N° 10, 9-12/1998, p.15, citado en Ellner, S; Hellinger, D. Perspectivas
democrática y no democrática del movimiento chavista,en Ellner, S; Hellinger, D.(eds.), La política venezolana en
la época de Chávezz,,, ob. cit. P. 283. Nueva Sociedad, Caracas, 2003
Escuchemos las declaraciones de un entrevistado un ante la pregunta de quién era
Bolívar para él:
"El hombre fue un segundo Jesucristo, porque nadie es capaz de hacer lo que
hizo Bolívar. Si Bolívar naciera de nuevo, más de uno correría: esa pila de bandidos
que no han sabido manejar los dineros de este país nuestro. Bolívar no puede
descansar en paz porque es un país donde tanto ha fallado."18
Ante realidades como esta se nos hace comprensible el arraigo del bolivarismo del
MVR que bien ha sabido incorporar la imagen de Bolívar junto a otros símbolos y mitos
de la constitución del estado-nación, poniéndolos en juego para la construcción de una
genealogía histórica nacional y popular. Dicho proceso puede advertirse actualmente en
la adhesión y participación por parte de variados sectores sociales en la propuesta de
formación de los “Círculos Bolivarianos”, pensados como organizaciones de base y
horizontales en todos los ámbitos de la sociedad que permitan la movilización,
participación y organización descentralizada de la población”. En abril de 2003 ya
existían 220 mil círculos bolivarianos 19.
Ingresando en las consideraciones finales, hemos tratado de explicitar un problema
político de primer orden que tanto la izquierda más tradicional como las diversas formas
que adoptó el pensamiento liberal en Latinoamérica no lograron despuntar: la
presunción de pensar la política como parte exclusiva de la razón: una clara e histórica
desvinculación de la cultura popular de sus imaginarios, discursos y proyectos políticos.
La historia de América Latina parece acercar fuerza a la tesis de que existe una
dimensión cultural del comportamiento político de una formación nacional debe ser
estudiado, puesto que sus raíces y el sentido de las mismas son reapropiados en el
contexto de la cultura popular y forman el capital ideológico político que condiciona a
todo movimiento social y político en su camino de organización, cohesión ideológica y
proyecto estratégico, al menos en nuestros castigados países.
La existencia de una conciencia histórica diferente en el imaginario popular
venezolano y su vinculación con el ideario del MVR ha sido el aspecto más importante
18 Citado en Yolanda Salas, La Dramatización.....,p. 204.
19 Velásquez, P., Viaje al interior de los Círculos Bolivarianos, Revista América XXI, Buenos Aires, abril de 2003.
que dio razón a este trabajo y disparó los debates que tratamos de esbozar. En este
sentido podemos afirmar que la revolución bolivariana se plantea como búsqueda de
originalidad americana en la construcción de nuevos modelos de sociedad y ha traído al
centro del debate en el movimiento sociales latinoamericanos y entre los cuentistas
sociales el peso que tiene la relación entre ideología y cultura en los procesos de
construcción de alternativas para las mayorías sociales, como nos señalaba Gramsci en
el epígrafe de este trabajo.
También intentamos complejizar e intentar comprender el por qué de la retórica del
presidente Hugo Chávez y su prédica que exalta a Bolívar como el padre de la una
patria de justicia social. Este discurso ha llenado su imaginario político de símbolos
emancipatorios que se resignifican en una dinámica y polarizante del imaginario en
clave con una de las formas que reviste la conciencia histórica popular venezolana. De
ahí que su discurso represente una especie de síntesis de la conciencia histórica
colectiva una vez embestido del poder por la mayoría del electorado.
Por último, ha sido importante identificar y analizar la mitología sobre la cual se sustenta
la memoria popular, en particular las matrices y significados profundos del mito
colectivo popular. Y una de las condiciones para que los mitos sean efectivos es su
posibilidad de repercusión, es decir, estar vinculado a la memoria colectiva. El concepto
de pueblo reconstituido en el discurso del MVR se articula con la noción de Nación y en
este imaginario el Estado y la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela se
transforman en los defensores de los intereses del pueblo-nación organizado20.
En este tipo de apropiación nacionalista del pasado, estas revoluciones centradas en el
pasado, que reformulan constantemente el concepto de revolución, fue un hecho que
llevó a Fernando Mires a reflexionar de la siguiente manera acerca del carácter de las
revoluciones sociales en América Latina:
No importa que ese orden haya existido realmente o sólo en la creencia de los protagonistas.
Pero siempre, la energía vital de cada revolución provenía del pasado. [...] Quiero decir: esa
historia no ha sido hecha por leyes inmutables, sino por seres imperfectos y ambiciosos, pero
también generosos y sublimes, y sobre todo imprevisibles y contradictorios: en fin, seres
humanos cuya forma natural de existir, fue, es y será una rebelión permanente.
Por lo menos mientras América Latina sea lo que es 21.
La reciprocidad entre el discurso y la política del MBR y el imaginario social popular
pretende dar respuesta a un problema de gran importancia política como es partir de las
condiciones específicas de la sociedad venezolana para construir una concepción
orgánica que produzca una actividad y una voluntad transformadoras en las mayorías
sociales identificadas con su proyecto.
20 López Maya, M., Organización y discurso del MVR... , ob. cit., pp.188.
21 Mires, F., La rebelión permanente, Siglo XXI, México, 2002 (1987). (Conclusiones, p.. 448-449).

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